Masa básica de tallarines con sabor a zapallo o calabaza

tallarines caseros

Porciones: 7

INGREDIENTES
6 tazas de harina ( 700 gramos )
4 huevos
1 cucharada al ras de albahaca seca
100 gramos de puré de zapallo
1 cucharadita de sal

PREPARACION
Poner sobre la mesada la harina y la sal.
Espolvorearle la albahaca seca y mezclarla con la mano.
Hacer un hoyo en el centro e incorporarle los huevos previamente mezclados y el puré de zapallo.

Comenzar a tomar la masa incorporando la harina de los bordes hacia adentro hasta formar la masa.
Al principio cuesta trabajarla porque está demasiado dura pero hay que insistir ya que la humedad que aporta el zapallo la ablanda un poco a medida que se va trabajando la masa.
Si le agregásemos agua la masa quedaría blanda.
Una vez armada la masa se forma un bollo.

Amasado.
Comenzar a trabajar la masa en forma algo enérgica.
Se apoya una de las manos en el extremo inferior de la masa y con la otra manos se va estirando la masa.
El movimiento consiste en estirar y replegar varias veces para luego rotarla y continuar con los mismos movimientos hasta que la masa quede lisa, elástica y nada pegajosa.

Este proceso puede llevar de 5 a 10 minutos aproximadamente y siempre se acompaña con algo de harina para que la masa no se pegue.
Una vez terminado el amasado se cubre con papel film o con un paño y se deja descansar media hora antes de estirarla.

Estirado. Para facilitar el estirado de la masa conviene dividirla en porciones y trabajar por separado cada una de ellas.
Se forma un bollo con cada una de las partes.
Se toma uno de los bollos y se aplana un poco con las manos.

Luego se procede a estirarlo con ayuda del palote y algo de harina espolvoreada sobre la mesa y sobre la masa.
Se apoya el palote en la mitad de la masa y se va girando hacia los bordes superiores, luego se regresa nuevamente a la mitad repitiendo lo mismo.
De esta forma vamos quebrando el gluten y logrando llegar a los bordes de la masa y que éstos luego no retrocedan con el estirado.

Una vez lograda esta parte, se gira la masa invirtiendo las posiciones.
La mitad superior estirada queda en la parte inferior. Se estira así la otra parte de igual manera.

La masa debe quedar bien fina y apenas transparente.
Lo mismo se realiza con el resto de la masa.

Oreado de la masa.
Una vez estirada se deja en reposo alejada de corrientes de aire. Se cubre con un paño para evitar que se seque.
Este proceso se llama oreado de la masa.
Este paso es necesario para que la masa tome el punto justo que nos permite arrollarla o doblarla fácilmente para cortar los tallarines.

Corte de los tallarines.
Una vez oreada, se toma una de las partes estirada, se enharina ligeramente la mesa y la masa y se va doblando suavemente sin apretar.
Con ayuda de una cuchilla filosa se van cortando los tallarines del ancho que se deseen.

A medida que se van cortando se van abriendo los tallarines y acomodando sobre un paño grande o mantel previamente enharinado.
Se dejan orear un rato y luego se cocinan en abundante agua hirviendo con sal gruesa.