Siempre es bueno tener presente una opción cuando nos sobra pasta cocida.
Estas croquetas pensadas para quienes tienen que comer sin sal es una posibilidad maravillosa e invitamos a que las prueben Por supuesto que agregándole algo de sal se transforman en normal y la pueden comer en definitiva todos. El secreto es saber emplear especias y hierbas que le aportan un sabor delicioso.
Cantidad: 24
INGREDIENES
450gramos de tallarines (tagliatelle) caseros cocidos
70gramos de manteca (mantequilla)
1 cebolla picada
1 taza de leche caliente (250cc)
½ taza de harina (60gramos)
200gramos de queso crema natural, sin sal
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cucharadita de mostaza en polvo
1 cucharadita de curry
Hojas de albahaca fresca
Perejil picado
Apio picado
Pimienta en grano
Orégano
1 huevo
3 cucharadas de agua
Pan rallado
Avena
Aceite cantidad necesaria
PREPARACION
Picar los tagliatelle (puede ser cualquier sobrante de pasta) y reservar en un recipiente.
Aparte, poner en una cacerola la manteca cortada en cubos y la cebolla picada.
Llevar al fuego y dejar que la manteca se derrita.
Agregarle el queso crema y la harina de a poco y mezclando bien hasta que se forme una crema espesa.
Verter de a chorros la leche caliente revolviendo siempre hasta que levante hervor.
Continuar revolviendo unos minutos y retirar del fuego.
Agregarle las especias y remover.
Volcar sobre los tagliatelle mientras se va mezclando hasta unir todo.
Verter la preparación en una placa ligeramente aceitada y esparcirla con una espátula.
Agregar la albahaca fresca cortada en trozos, el perejil y el apio picado moviendo con la espátula para que se introduzca en la masa.
Dejar enfriar.
Poner en un bol pequeño y con bordes altos el huevo mezclado con el agua.
Formar las croquetas tomando pequeñas porciones que se hacen rodar por la mano humedecida (para que no se peguen) dándole forma redonda.
Pasarlas por partes iguales de pan y avena, luego por huevo y nuevamente por pan rallado y avena.
Poner generosamente aceite en una cacerola chica y de bordes altos.
Dejar calentar, agregarle un trozo de cáscara de limón (para que no se queme el aceite).
Una vez caliente se agrega una croqueta y cuando está a medio dorar se agrega otra. Esto es para que el aceite no baje su temperatura al incorporarle varias a la vez y absorban mucho aceite.
A medida que se van dorando se apoyan sobre papel absorbente pero verán que casi no absorbe aceite. Servirlas calientes.
Quedan muy sabrosas con una consistencia cremosa especial que deleita y no permite que se note la falta de sal.