
Hacer pasta fresca en casa es más fácil de lo que parece y, lo mejor de todo, es que una vez la pruebas te das cuenta de que es insuperable. La pasta casera no necesita apenas acompañamientos, se puede degustar con una sencilla salsa de tomate frito, queso parmesano, aceite de oliva y albahaca. Todo el trabajo y todo el sabor lo tiene la propia pasta.