Porciones: 3
INGREDIENTES
Masa
2 y 1/2 taza de harina ( 300 gramos )
3 huevos
5 hojas grandes de albahaca
PREPARACION
Licuar los huevos junto con las hojas de albahaca
Poner en un tazón la harina.
Volcar los huevos e ir mezclando hasta unirlos a la harina.
Poner la preparación sobre la mesa y trabajar con las manos hasta formar una masa bien compacta.
Si el tamaño de los huevos fuesen chicos quizás sea necesario agregarle algo de de agua para terminar de formar la masa.
Amasarla durante aproximadamene 10 minutos con movimientos lentos pero enérgicos.
Apoyar una de las manos en el extremo inferior y con la otra mano ir extendiendo la masa y regresando. Repetir estos pasos varias veces.
Cada tanto girar la masa y continuar con el amasado hasta que la masa se torne lisa, suave y consistente.
Formar un bollo con ella alisándolo bien con las manos.
Cubrirlo con un paño y dejarlo en reposo durante media hora.
De acuerdo a la práctica de cada uno, se puede extender, o bien toda junta o bien se puede dividir en dos o tres partes y estirarla cada una por separado.
Esto último es lo más indicado.
Estirar la masa con el palote. Espolvorear la mesa de trabajo con un poco de harina, apoyar la masa y aplastarla un poco con la palma de la mano para comenzar a extenderla con el palote en forma uniforme.
Estirar siempre desde la mitad de la masa hacia los bordes.
Apoyar el palote en la mitad de la masa y girarlo hacia arriba y hacia abajo, repetidas veces, llegando siempre hasta la mitad de la masa.
Conviene darle forma rectangular.
Una vez que se terminó de estirar se invierte la masa y se estira la masa restante.
Esta es la forma correcta de estirar la masa, al hacerlo así evitamos que los bordes se contraigan quedando rápidamente pareja y lográndose con facilidad el espesor deseado.
Para los tallarines conviene estirarla lo más fina posible y una ver terminada dejarla orear durante un rato, alrededor de 15 minutos.
Siempre cubierta con un paño para que no se seque la masa.
Luego de oreada, se va doblando la masa cada 8 o 10 centímetros de ambos extremos, espolvoreando todos los dobleces con bastante harina para evitar que se peguen.
Una vez terminada de doblar se cortan los tallarines.
Corte de la masa
Tallarines finos. Los cortamos con una cuchilla afilada, lo más finos posibles aproximadamente de 2 o 3mm de ancho.
Tallarines más anchos. Los cortamos el doble de ancho, que los tallarines finos.
Aproximadamente 4 a 5mm.
Cintas. Se procede todo igual pero cortando las cintas de 1cm de ancho.
Cintas anchas o llamadas también parppadelli. Se cortan de 3 a 5 centímetros de ancho.
Prontos los tallarines.
Una vez cortados de esta forma se podrán colgar fácilmente para que se oreen o se sequen.
También se pueden acomodar sobre una mesa enharinada.
Si la mesa de trabajo no fuese de madera, cubrirla con un mantel enharinado y apoyar allí la pasta cortada.
Cocido
Poner en una olla 1 litro de agua por cada 100grs de pasta.
Llevar al fuego tapada y dejar hasta que comience a hervir.
Destapar la olla y agregarle 1 cucharada de sal por cada litro de agua.
Agregar la pasta en el momento de hervor bien fuerte, de a poco y con cuidado de no quemarse.
Mover durante la cocción de vez en cuando.
Con esto evitamos que la pasta se amontone y se pegue, permitiéndole moverse e ir cambiando de lugar.
Esto permite que la pasta se cocine parejo.
Dejar cocinar los tallarines durante 10 o 12 minutos o hasta que estén cocidos pero al dente.
Al dente quiere decir que al masticarlos estén firmes pero no crudos.
Escurrirlos bien, condimentarlos a gusto y servirlos bien calientes
De acuerdo a la práctica de cada uno, se puede extender, o bien toda junta o bien se puede dividir en dos o tres partes y estirarla cada una por separado.
Estirar la masa con el palote
Espolvorear la mesa de trabajo con un poco de harina, apoyar la masa y aplastarla un poco con la palma de la mano para comenzar a extenderla con el palote en forma uniforme.
Estirar siempre desde el centro hacia los bordes, apoyando siempre el palote en el centro de la masa y dirigiéndolo hacia arriba y hacia abajo pero solo hasta la mitad de la masa.
Dándole forma rectangular.
Una vez que terminamos de estirar se invierte la masa y se estira la masa restante.
Esta es la forma correcta de estirar la masa, al hacerlo así evitamos que los bordes se contraigan quedando rápidamente pareja y lográndose con facilidad el espesor deseado.
Para los tallarines conviene estirarla lo más fina posible y una ver terminada dejarla orear durante un rato, alrededor de 15 minutos.
Luego de oreada, se va doblando la masa cada 8 o 10 centímetros, de ambos extremos, espolvoreando todos los dobleces, con bastante harina para evitar que se peguen.
Una vez terminada de doblar se cortan los tallarines.
Corte de la masa
Tallarines finos. Si lo que queremos son tallarines finos los cortamos con una cuchilla afilada, lo más finos posibles aproximadamente de 2mm de ancho.
Tallarines más anchos. Para tallarines un poco más anchos, los cortamos el doble de ancho, que los tallarines finos. Aproximadamente 4 a 5mm.
Cintas. Para cortar las cintas se procede todo igual pero cortando las cintas de 1cm de ancho.
Cintas anchas o llamadas también parppadelli. Se cortan de 3 a 5 centímetros de ancho.
Prontos los tallarines
Una vez cortados de esta forma se podrán colgar fácilmente para que se oreen o se sequen.
También se pueden acomodar sobre una mesa enharinada.
Si la mesa de trabajo no fuese de madera, cubrirla con un mantel enharinado y apoyar allí la pasta cortada.
Cocido
Poner en una olla 1 litro de agua por cada 100grs de pasta.
Llevar al fuego tapada y dejar hasta que comience a hervir.
Destapar la olla y agregarle 30grs de sal por cada litro de agua.
Agregar la pasta en el momento de hervor bien fuerte, pero de a poco y con cuidado de no quemarse.
Moverla durante la cocción de vez en cuando, así evitamos que la pasta se amontone y se pegue.
Así permitimos que los tallarines se muevan y cambien de lugar, permitiendo que se cocinen parejo.
Dejar cocinar los tallarines durante 10 o 12 minutos o hasta que estén cocidos pero al dente.
Al dente quiere decir que al masticarlos estén firmes pero no crudos.
Escurrirlos bien, condimentarlos a gusto y servirlos bien calientes