Esta masa saborizada con ajo, albahaca y pimiento puede emplearse también para moñas, (moñitos, farfalle) garganelli, cintas etc.
El producto final queda con un sabor deliciosamente diferente pero suave.
Porciones: 10
INGREDIENTESPREPARACION
Licuar los dientes de ajo, las hojas de albahaca y el morrón junto con el agua y los huevos.
Aparte, poner en la mesada la harina mezclada con la sémola. La sémola se agrega para que la masa no quede demasiado húmeda al agregarle ajos, albahaca y morrón.
Formar un hoyo en el centro y volcar los líquidos.
formar una masa muy consistente y que cueste amasarla.
Se trabaja con la punta de los dedos incorporando la harina a los líquidos hasta Esta masa se puede estirar a mano o con la máquina manual de hacer pastas.
Amasado. Una vez unidos todos los ingredientes se forma un bollo y se trabaja con ambas manos, estirándola y replegándola.
Con movimientos lentos, firmes y constantes.
Cada tanto se gira la masa 45º y se continúa con el amasado hasta que quede lisa, elástica y poco pegajosa.
Se forma un bollo, se cubre con un paño o se envuelve en papel film y se deja descansar media hora.
Estirado de la masa. Lo más conveniente es dividir la masa en bollitos y estirarla de una por vez.
Se enharina el palote y un poco la mesada.
Se forma un bollo con la porción de masa y se aplana con las manos.
Se empieza a estirar dándole forma de círculo o rectángulo. A nuestro criterio la forma de rectángulo es más práctica.
Se apoya el palote en la mitad de la masa y se lo hace girar hacia los bordes superiores y luego se vuelve nuevamente a la mitad.
Estos movimiento se continúan hasta que la masa se vaya afinando y quebrando el gluten impidiendo que los bordes retrocedan.
Una vez que esta parte de la masa está estirada se gira invirtiendo las posiciones.
La mitad superior estirada queda en la parte inferior. La parte inferior en la superior.
Se empieza a estirar de igual manera y la masa debe quedar fina y pareja.
Corte y cocción de los tallarines. Se va doblando floja la masa cada 8 centímetros, espolvoreándola con un poco de sémola para que no se pegue, hasta llegar a la mitad.
Se repite lo mismo con la otra mitad y se cortan los tallarines del ancho deseado con un cuchillo bien afilado.
Se cuelgan de la mitad apoyándolos sobre un palo enharinado o se acomodan sobre un mantel enharinado para que oreen un rato.
Se cocinan en abundante agua hirviendo con sal hasta que estén al dente.